5 pasos para ayudar al Desarrollo
Jeffrey Sachs, prácticamente indignado por las cifras de la salud que no llega y mata personas que pasan a formar un número más para las estadísticas, pensó cinco acciones sencillas para que los países en desarrollo puedan brindar atención primaria en salud a sus habitantes.
Según este economista, apostar por la salud en los países pobres «no sólo reduciría los niveles de sufrimiento, sino que además fomentaría la prosperidad económica en sociedades empobrecidas».
El análisis del que parte el director del Earth Institute de la Universidad de Columbia (publicado el Domingo 30/5 en La Nación) también es sencillo:
- Cada año cerca de 9 millones de niños mueren por enfermedades que podrían haberse evitado
- Y 400 mil mujeres fallecen por complicaciones del embarazo
- En los países más pobres, garantizar un sistema de salud primaria universal cuesta U$S 54 por persona, pero los presupuestos sólo contemplan gastos por U$S 14
- Para cubrir los U$S 40 restantes para los mil millones de personas que carecen de atención, se requieren U$S 26.000 millones al año
Ante este panorama, es que Sachs propone estos «cinco sencillos pasos» para ayudar al desarrollo de los países, aún en tiempos de crisis:
- Si Estados Unidos destinara una cuarta parte de lo que destina a la Guerra en Afganistán, 1000 millones de personas recibirían atención médica
- El mundo debe implementar un impuesto bancario global
- Los multimillonarios deben aumentar su filantropía. Sachs propone que las 1000 personas más ricas del mundo destinen el 0,7% de su patrimonio para garantizar la atención en salud primaria de 1000 millones de pobres
- Las compañías petroleras deben pagar más. Exxon Mobil gana miles de millones al año en África, sin embargo, de 2000 a 2007 sólo destinó 5 millones al año a programas de control de la malaria en ese continente
- Los nuevos países donantes, China entre ellos, pueden llenar la brecha de financiamiento que han dejado los países donantes tradicionales
Nadie duda de que estas cinco acciones son sencillas como dice el economista, pero… ¿son posibles? ¿existirá el liderazgo que tome la decisión de adoptarlas?
Recomiendo leer también esta columna de Adela Cortina, de la Fundación Ètnor publicado en El País: ¿Recortes en Desarrollo Humano?
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