Apariencias
Existen gestos, actitudes y acciones que, en gran cantidad de oportunidades, aparentan ser algo distinto a lo que se muestran.
A medida que el estado de la Responsabilidad Social se fue incrementando en el ámbito empresarial (en todas partes del mundo, sin distinción), han sido muchas las compañías que adoptaron los criterios de la RSE para afrontar crisis de gestión.
Este punto ha sido desde siempre criticable (por algunos) ya que no suele condecirse con lo que se expresa a través de Seminarios y Foros para debatir cómo gestionar responsablemente las compañías.
En esos lugares de discusión, se suelen escuchar frases como: «La RS para nosotros es un factor fundamental que va de la mano de nuestra gestión empresarial»; «El presidente de la compañía se ha comprometido desde un primer momento en inculcar esta nueva cultura a nivel corporativo»; «Creemos que realizar este aporte a la sociedad es parte de nuestra misión como empresa».
Pero, ¿qué sucede cuando ese «aporte a la sociedad» se realiza en medio de una crisis de la compañía con la sociedad? Podemos pensar que no sabían cómo resolver esa crisis y contrataron a una consultora que les sugirió reformular su gestión de negocio a partir de un plan de RS; o, podemos pensar que encontraron un modo de contrarrestar la imagen negativa que les servirá hasta que se calmen las aguas.
Quienes elijan la segunda opción es porque tienen un problema de gestión importante y no están capacitados para resolverlo. Y quienes elijan la primera, se les podrá otorgar el beneficio de la duda hasta tanto corroborar que exista cierta convicción en el nuevo plan de gestión.
Si por estos días en Buenos Aires, las empresas del sector de la construcción comienzan a «asomar la cabeza» en el ámbito de la RS, todo parece indicar que será para contrarrestar la imagen negativa que están generando sus negocios en los principales barrios porteños. De igual modo, que si lo hacen las empresas del Polo Petroquímico Dock Sud ahora que se están «comprometiendo» a desalojar la cuenca del Riachuelo y firman pactos de protección ambiental con el Gobierno.
Claro que existen excepciones, pero lamentablemente apenas alcanzan los dedos de una mano para contarlas.
Algo similar les ocurrió en Chubut a la empresa que trata desde 2003 de explotar el yacimiento minero de Esquel. Hasta aún hoy se pueden ver los carteles de «No a la mina» en la Feria Artesanal de El Bolsón, en Río Negro.
La empresa que quiere explotar ese yacimiento contrató a una ONG para que la ayudara a gestionar responsablemente un negocio que se realiza con Cianuro…
Es válido que la gestión de RS en una compañía le permita obtener mayores ganancias, porque una empresa socialmente responsable es beneficiosa para todos. Pero que una empresa quiera aparentar ser lo que no es, porque no está concebido en su ADN, eso sí que no es RS.
Más info sobre la Mina en Esquel en el blog Comunicación Ambiental
¿Te gustó lo que leíste? ¿Tenés otra visión para aportar? Por qué no dejás un comentario abajo y continuás la conversación, o te suscribís a mi feed y lees artículos como este enviados a tu lector de feeds.
Comentarios
No hay comentarios todavía.
Deja un Comentario