Una crítica a la Gobernancia estatal
Rodolfo Apreda es director del Centro para el Estudio de la Gobernancia del Sector Público y del Sector Privado de la Universidad del CEMA. Ayer, jueves 9 de noviembre, publicó un artículo en el diario jurídico La Ley (Suplemento Actualidad) llamado «El buen gobierno de las empresas del sector público (a propósito de la resolución 37 de la Sigen)».
Lo comentamos aquí justamente porque RSE Online fue el primer medio digital en señalar la importancia de esa resolución a los dos días de publicada en el Boletín Oficial, en tanto que venía a llenar un vacío necesario en las empresas de capital público.
El artículo de Apreda, que sólo está disponible online por suscripción, se basa en la doctrina del «principio de subsidiariedad» para explicar la gobernancia en el sector público. Dice el artículo que «cuando en determinado país hay una buena gobernancia, las instituciones son respetadas (principalmente su Constitución y las leyes). Los actos de gobierno, en particular la utilización de la subsidiariedad como instrumento de solidaridad social, se limitan por medio del cumplimiento de tres requisitos de buena gobernancia: accountability, transparencia y ejercicio del rol fiduciario». Critica además que la clase dirigente se niegue a dar cuenta de sus actos y no se hagan responsables de sus compromisos.
También señala ciertos aspectos de lo que llama la «gobernancia dual», que se refiere a las empresas del sector público que son gestionadas con cierto aporte de capital privado (a veces mayoritario, a veces minoritario o de forma mixta).
Apreda, un crítico del sistema de gestión pública (tanto como la Universidad del CEMA) concluye su artículo de forma contundente: «Mientras no se lleve a cabo un profundo análisis de la naturaleza especial de las empresas del sector público, este tipo de iniciativas, como la resolución 37 de la SIGEN, por meritorios que hayan sido los motivos primarios, conduce a que la gobernancia de esas instituciones genere dos consecuencias indeseables: el rechazo inmunológico de un injerto intolerable, y la inverosímil apariencia de que nos volvemos más responsables y transparentes».
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