Derechos Humanos y Responsabilidad Social
De todas las veces que leí la Declaración Universal de los Derechos Humanos siempre le presté especial atención a su artículo 19 que dice:
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
Puse el foco en este enunciado porque es a través de él que puedo contribuir a su cumplimentación desde mi oficio y profesión que es el periodismo. Y no es que con el resto no pueda hacerlo, pero nunca sería tan constante.
Considero que mi principal Responsabilidad Social consiste en hacer cumplir ese artículo: expresarme libremente, a pesar de las presiones y los llamados por parte de quienes pretenden que sólo se hable bien o que no se hable; investigar, solicitar información y difundirla, sin límites.
Creo haber logrado todo eso desde este simple weblog, y creo que seguiré haciendolo siempre que pueda.
Eso entendí hace apenas un mes atrás cuando junto a Jenny Melo, investigadora, blogger y futura docente virtual, pusimos en marcha el Blog «no oficial» de la VI Conferencia Interamericana sobre RSE.
Como contamos hoy a través de un mensaje que enviamos al grupo creado en Facebook, no difundimos nuestros nombres con anterioridad «con el propósito de no generar protagonismos individuales, sino por el contrario, para presentar esta cobertura a través de un colectivo de trabajo». Aunque haya sido inevitable, para algunos avezados, sospechar.
Abrir ese blog fue una apuesta a todo o nada por el derecho a la información, por la vigencia de ese artículo 19, a pesar de que sabemos que a muchos no les ha caído muy bien, pero nos contentamos sabiendo que fueron muchos más los que nos agradecieron.
Como dice un viejo Maestro de Sabiduría: «Todo lo que no puede ser llevado a la práctica, no sirve». Si no podemos hacer de un enunciado que hoy cumple 60 años de vigencia una realidad, dediquémonos a otra cosa. Si decimos promover la RSE pero competimos o negamos la existencia del otro, no estamos siendo ni derechos, ni humanos, ni mucho menos responsables.
Los liderazgos, cuando existen de verdad desde su reconocimiento comunitario, hay que saber llevarlos. No son para cualquiera, y mucho menos para quienes se cuelgan el cartel de «líderes» sin serlo.
Creo también en otra máxima filosófica: «la energía, sigue al pensamiento«. El año pasado había deseado poder «romper» (en el buen sentido, de abrir, no de destruir) esa barrera informativa que no permitía masificar el mensaje que tenía para darnos el BID sobre el camino a seguir en la RSE. Gracias a Jenny que voló de Cali a Cartagena, y también la invaluable ayuda de Astrid Sandoval, desde Bogotá, pudimos hacerlo.
Y gracias también a todos los que seguramente «sospechando», apostaron por la idea desde sus lugares: Jordi Jaumà, Gabriel Fernández, Antoni Gutiérrez-Rubí, Camila Alvear y Xavier Agullò (y no estoy contando a quienes sin blog, también hicieron correr la voz). Con todo este esfuerzo conjunto hicimos que a la CONFEBID08 asistieran 500 personas más.
Lamentablemente hay muchos a los que podríamos haber incluido en este agradecimiento pero elegieron no hacerse eco -aunque sí fueron enterados-: una real pena que no hace más que confirmar que su compromiso con el derecho a la información es, por lo menos, dudoso.
Quienes hemos elegido ser difusores y promotores de ideas, tenemos un gran compromiso con la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Sigamos poniendo nuestras energías al servicio de la Humanidad, es el mejor legado que podemos dejar. Mi hija que está por nacer, al menos va a contar con este blog como punto de partida.
¿Te gustó lo que leíste? ¿Tenés otra visión para aportar? Por qué no dejás un comentario abajo y continuás la conversación, o te suscribís a mi feed y lees artículos como este enviados a tu lector de feeds.
Comentarios
Gracias Carlos. Lo de Jenny, fue un error gramatical, que ya ha sido superado 😉
Te invito entonces a que crees esa Tag en tu blog, le haría muy bien a la difusión de la RSE.
Hay experiencias muy interesantes, pero demasiado escasas, en ese sentido.
RSE 2.0 es ayudar a generar un flujo de comunicación. A poner sobre la mesa cosas que hoy no se ven.
Un abrazo
Me gustó mucho, Fernando, la orientación que le diste a este post y el tono intimista y social que confluyen armónicamente en él.
Personalmente estoy convencido, aunque no soy muy amigo de etiquetas como «RSE 2.0», que la Responsabilidad Social Empresarial está empezando a trasegar una de sus etapas más necesarias y hasta cierto punto difíciles: la de aprender a comunicarse.
No tengo duda de que el derecho a la información, como dimensión social del derecho fundamental a la libre expresión, es un presupuesto esencial para que la RSE pueda alcanzar los fines para los cuales ha sido concebida; y para que eso pueda ser, es preciso poder contar con espacios como este.
Caray, no sabía que Jenny había dejado de lado «La Buena Empresa», si es así, es una lástima, pues era (o es) un excelente blog.
Saludos! Nos leemos.